En los años 60 se formó el Nuevo Orden Económico Mundial (NOEM). Este es un sistema, donde el desarrollo tecnológico y científico permite la formación de un
mercado mundial, donde los Estados y los gobiernos no pueden fijar precios,
cuotas de producción, estilos de administración, favoreciendo determinados sectores
o empresas. El mercado mundial es el que regula, y los gobiernos que intentan
regular su mercado ponen en riesgo su economía.
En el NOEM, el intercambio de
capitales y conocimientos científicos se realiza dentro de un mercado único,
sin fronteras, de todos los países del mundo que tengan algo que ofrecer en el
mercado mundial.
Sin embargo en el NOEM actual, la economía es muy diferente respecto del rol
que tenían en los años 60. Antes cada economía nacional era un ente
independiente de los demás, podían haber áreas desarrolladas (áreas urbanas) y
subdesarrolladas (sector rural). En el medio quedaban los “marginados” de las
poblaciones. Hoy hay una sola economía mundial;
en el NOEM se incorporan parte de los paises que sean aptos para formar parte del
mercado internacional, ya que poseen determinadas características. El resto de
la población del país queda “excluida”, ya que carecen de preparación educativa
y de cultura adecuada.
En este gráfico podemos ver las diferencias entre el NOEM de los 60 y el actual. La forma en que incorpora a los países y la situación de los excluidos modernos, comparados con lo que sería un
país subdesarrollado "dependiente" de los 60.
Con esta visión del mundo podemos apreciar que ya no se trata de si un país es
del tercer mundo, o subdesarrollado. Lo que tenemos hoy sería un mundo único,
donde la parte del mundo o de cualquier país que pertenece al NOEM es una parte
desarrollada y moderna, mientras que la parte que queda al margen o excluida de
él tendrá lo que podríamos llamar una sociedad de desarrollo atrasado o de
pobreza, donde el extremo máximo será la de los excluidos o miserables.